Stephanie, una madre soltera con cinco hijos, había estado viviendo en un apartamento durante unos cuatro años cuando se encontraba en el mercado de productores del centro de Albuquerque y se detuvo para charlar con un representante de Homewise. Llevaba un tiempo pensando en comprar una casa propia, pero no estaba segura de cómo seguir adelante. Quería más espacio para su familia y un patio trasero donde pudieran pasar mucho tiempo al aire libre. “Mis hijos y yo siempre nos quedábamos en el apartamento y nunca salíamos”, compartió. Pensó en lo bonito que sería plantar un jardín de verdad en lugar de simplemente cultivar unas cuantas plantas de chile y tomate en macetas en el interior. Su padre también la había estado animando a comprar una casa en lugar de pagar el alquiler. Decidió que era hora de actuar.

Stephanie llamó a Homewise y comenzó a trabajar con Sandy, una asesora de compra de viviendas. “Ya había pagado la mayor parte de mi deuda”, explicó, “pero sólo califiqué para un préstamo hipotecario modesto, insuficiente para comprar una casa con capacidad para una familia de seis personas”. Stephanie también recibió una cantidad sustancial de ayuda para el pago inicial, lo que aumentó su poder adquisitivo, pero aún así sería un desafío encontrar la casa adecuada en un mercado tan ajustado.

Stephanie y su Homewise Realtor® Rose buscaron casas durante muchos meses sin éxito, y luego sucedió algo maravilloso e inesperado. Uno de los otros clientes de Rose, Victoria, estaba vendiendo su casa y le dijo a Rose que quería vendérsela a alguien que echara raíces, cuidara la casa y no la cambiara para obtener ganancias. Rose inmediatamente le habló de Stephanie y Victoria pidió reunirse con ella. Stephanie estaba encantada de escuchar esto, pero sabía que había alguien además de ella que se reuniría con Victoria, por lo que no quería hacerse ilusiones demasiado. Sin embargo, cuando se conocieron, tuvieron una gran conexión y Victoria decidió venderle a Stephanie su casa a un precio muy por debajo del valor de mercado para adaptarse al presupuesto de Stephanie. “Ahora tenemos un nuevo lema familiar”, dijo Stephanie: “¡Las cosas buenas les llegan a quienes tienen paciencia!”